Los desafíos que enfrentamos las mujeres científicas en el Ecuador

Por: 
Claudia Segovia S., Melani Peláez J., Patricia Castillo-Briceño, Paola Santacruz E.

El porcentaje de mujeres con estudios de posgrado en el Ecuador se ha incrementado en la última década y su participación en investigaciones científicas sigue en aumento (Herdoíza,2015).  Las mujeres hemos avanzado en impulsar la equidad de los derechos, y en cifras globales representamos un 62%
de las aulas de las universidades y escuelas politécnicas a nivel de pregrado (Ferreira Salazar et al. 2013).  Sin embargo este nivel participación está limitado a carreras que refuerzan un rol social de cuidadoras como Educación (71%), Medicina y servicios sociales (68%), Ciencias sociales, derecho y administración (61%), Servicio y ambiente (55%); mientras que en carreras de ciencia, tecnología, producción e ingenierías la participación de mujeres está entre 23% y 38% (Herdoíza, 2015).

La representación de cargos directivos y de toma de decisiones ejercidos por mujeres es también menor que la de sus pares hombres; lo cual está relacionado con las diferencias en el avance de la carrera académica y científica que se observa entre ambos grupos de pares. La ciencia sigue siendo un espacio dominado por los hombres, y las mujeres tenemos que enfrentar obstáculos adicionales para trabajar en ciencia en nuestro país, lo que hace que muchas investigadoras y profesionales capacitadas den marcha atrás o desistan en el camino; con lo cual fuerza investigadora del país se ve substancialmente disminuida.

La Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas - REMCI fue creada con la finalidad de  visibilizar, conocer y apoyar a las mujeres en ciencia en nuestro país, y abordar los siguientes obstáculos que enfrentan científicas, investigadoras, docentes y estudiantes día a día:


DOBLE ESTÁNDAR DE CREDIBILIDAD Y APROBACIÓN
A lo largo de nuestra carrera tenemos que continuamente demostrar nuestra capacidad frente a nuestros colegas. En muchas ocasiones nuestras decisiones o argumentos en una reunión no siempre son tomadas en serio porque quien los dice es una mujer y no un hombre.   Nuestros colegas tienen una credibilidad adquirida simplemente por el hecho de ser hombres.  Esta continua lucha contra corriente ha generado además inseguridad entre las investigadoras aumentado él ya existente síndrome del impostor. Esto se ve reflejado en el bajo número de publicaciones, aplicaciones a becas de investigación, presencia en congresos y paneles (Debarre, Rode and Ugelvig , 2018; Murray et al.,  2018)  .

EQUILIBRIO ENTRE FAMILIA Y CARRERA
La difícil búsqueda de un equilibrio entre la carrera y la familia es una constante entre las mujeres dedicadas a la ciencia (Nguyen, 2012). En el Ecuador y en el sistema de educación superior no existen las condiciones para mantener una carrera exitosa sin pasar factura a la familia. Si bien en nuestra legislación existe el período de maternidad y lactancia, muchas mujeres se ven obligadas de acortar este periodo para regresar a su trabajo y evitar perderlo, o perder su posición entre colegas. Muy pocas universidades cuentan con guarderías o áreas de lactancia para sus estudiantes, docentes y administrativas. Aquellas que ofrecen estos espacios, lo hacen por demanda de sus estudiantes o profesoras y por buena voluntad de dichas universidades. Lamentablemente la reglamentación ecuatoriana aún no exige a universidades públicas y privadas se garantice a todas sus estudiantes, docentes e investigadoras un espacio de guardería para infantes.  Adicionalmente, los roles y estereotipos tan fuertemente establecidos por la sociedad cargan mayoritariamente el rol de cuidadoras a las mujeres, lo que genera que las mujeres dejemos de lado nuestra carrera durante nuestra etapa maternal, en muchos casos sin poder recuperar nuestra producción científica, o vivamos en un continuo proceso de aceptación de culpa por no cumplir el rol establecido. En otras palabras, es una constante lucha entre “ser mala madre” por dejar a nuestros infantes desde edades tan tempranas bajo cuidado de terceros, y “ser mala científica” por no dedicar nuestro tiempo 24/7 a publicaciones, cátedra e investigación. 

MICROMACHISMOS
Todos los días tenemos que enfrentar micromachismos dentro de la academia y el entorno científico. Saludos donde se enfatizan los estereotipos como “reina”, “preciosa”, “mija”, “niña” son comunes.  Diminutivos que van más allá de la amabilidad y que menoscaban tu confianza y credibilidad académica adulta. Los comentarios sobre la apariencia personal en lugar del aspecto profesional son también frecuentes logrando menospreciar los logros profesionales de las investigadoras. De igual manera, la designación de roles en una reunión, donde se espera o se asume que la mujer es la secretaria que toma nota, sin voz o voto, o es la organizadora de eventos.  

DISCRIMINACION SUTIL O FRONTAL
La ausencia o poca representatividad de mujeres entre los conferencistas magistrales, paneles, comités científicos, y seminarios son evidentes y reflejan la falta de representatividad, la invisibilización del trabajo y experticia de muchas académicas.  En reuniones, no dar la palabra a las investigadoras en el mismo porcentaje que sus colegas hombres o interrumpirlas en sus intervenciones, genera que las ideas de las mujeres no sean expresadas.   Otra forma de discriminación sutil es la creación de posiciones o cargos de coordinación sin poder de decisión, solo para cumplir con cuotas establecidas.   Se suma a este tipo de discriminación, la ausencia de mujeres en los libros de texto a nivel nacional, que hace caso omiso al trabajo realizado por mujeres en el ámbito de la ciencia y la tecnología.

NORMALIZACION DE LA DISCRIMINACION
Las mujeres hemos crecido, vivido con, e incluso internalizado la discriminación y eso hace difícil visibilizarla y enfrentarla.  La negación del problema en nuestras universidades y centros de enseñanza reproducen comportamientos que limitan el desarrollo científico de las niñas y jóvenes en todas las ramas de la ciencia. Este desafío es menos evidente en las nuevas generaciones pero muchos de los tomadores de decisiones no sienten ni ven el problema de discriminación aún existente, incluso siendo mujeres.

FALTA DE RECONOCIMIENTO
Existen muy pocos reconocimientos a nivel local, regional e internacional para mujeres dentro de la ciencia, la academia y las humanidades a pesar de todos los desafíos que tenemos que enfrentar. Con esto no queremos decir reconocimientos “extra” o algún tipo de discriminación positiva, solamente por ser mujeres, sino que se visibilice a grandes figuras de la ciencia en premios nacionales e internacionales como los premios Nobel, o el premio nacional Eugenio Espejo. Adicionalmente, el sistema incentiva que desarrollemos actividades extracurriculares dentro de la academia, como la divulgación, mentoría, y la gestión, pero estos no están contemplados dentro de los procesos de acreditación o escalafón.  Esto se ve también complementado por la falta de modelos visibles a seguir dentro de la ciencia. A pesar de que contamos con varias mujeres que se han destacado a nivel nacional e internacional, éstas no son (re)conocidas por nuestra sociedad.

ACOSO
Las investigadoras, docentes y estudiantes estamos expuestas a diferentes formas de acoso durante nuestras actividades profesionales, como  comportamientos verbal y no verbales con contenido sexual no consentido, contacto físico, actos de abuso de poder entre otros (Mediato,2018; Morales et al, 2016) .  Esto está relacionado con procesos de discriminación sutil y frontal. Existen pocos datos en nuestro país  sobre este desafío ya que muchos de estos comportamientos están normalizados en nuestra sociedad y por lo tanto no se hablan.

Estamos seguras que al visibilizar cada uno de estos desafíos podemos luchar en contra de ellos,  por una ciencia más inclusiva y diversa: y al mismo tiempo de una sociedad más equitativa.



Referencias

Debarre, Rode and Ugelvig .(2018)  Gender equity at scientific events https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/evl3.49


Murray et al.,  (2018) Gender and Internacional diversity improves equity in peer review https://www.biorxiv.org/content/early/2018/08/29/400515


Ferreira Salazar, Cynthia, Karina García García, Leandra Macías Leiva, Alba Pérez Avellaneda, y Carlos Tomsich. 2013. Mujeres y hombres del Ecuador en cifras III: serie información estratégica. Quito: Editorial Ecuador.

Herdoíza, M. (2015). Construyendo Igualdad en la Educación Superior. Fundamentación y lineamientos para transversalizar los ejes de igualdad y ambiente. Quito: Senescyt/Unesco.


Mediato, 2018. Acoso Sexual en las Universidades Ecuatorianas. http://www.mediato.com.ec/acoso-sexual-universidades/

Morales Alfonso, L. Quiroz del Pozo, N. Y G. Ramírez Iglesias. 2016. Acoso sexual en lugares públicos de Quito:Retos para una ciudad segura. URVIO (19): 21-36). http://revistas.flacsoandes.edu.ec/urvio/article/view/2425/2134


Literatura relacionada

Bendels et al., (2018) Gneder disparities in high-quality research revealed by Nature Index journals. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0189136


Debarre, Rode and Ugelvig .(2018)  Gender equity at scientific events https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/evl3.49

Falkoff (2018) Why we must stop relying on the student ratings of teaching.  2018. https://www.chronicle.com/article/Why-We-Must-Stop-Relying-on/243213

Gender Bias in Academe: Annottated bibliography of  important recent studies. http://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2016/03/08/gender-bias-in-academe-an-annotated-bibliography/

Handley et al (2015).  Quality of evidence revealing subtle gender biases in science is in the eye of the beholder. http://www.pnas.org/content/112/43/13201

Hetcham  et al., (2018) NIH funding longevity by gender http://www.pnas.org/content/early/2018/07/10/1800615115


Isbell, Young and Harcourt (2012). Stag Parties Linger: Continued Gender Bias in a Female-Rich Discipline. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0049682

Moss-Racusin et al., (2012) Science Faculty;s subtle gender biases favor male students. http://www.pnas.org/content/109/41/16474

Murray et al.,  (2018) Gender and Internacional diversity improves equity in peer review https://www.biorxiv.org/content/early/2018/08/29/400515

Nittrouer et al., Gender disparities in colloquium speakers at top universities. (2017)http://www.pnas.org/content/early/2017/12/12/1708414115

Sheltzer and Smith (2014) Elite male faculty in the life sciences employ fewer women http://www.pnas.org/content/111/28/10107

Singh Chawla, (2018) Huge peer-review study reveals lack of women and non-Westerners (2018) https://www.nature.com/articles/d41586-018-06678-6?utm_source=twt_nnc&utm_medium=social&utm_campaign=naturenews&sf197975397=1

Witteman et al.,  (2018)Female grant applicants are equally succesful when peer reviewers assess the science, but n ot they asses the scientist https://www.biorxiv.org/content/early/2018/03/02/232868



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