Por: Claudia Segovia, Melani Peláez (edición).
Natalia Armijos, economista, fue desde
2009 hasta 2018 Directora y Representante Permanente de la Oficina Nacional de
la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en el Ecuador. Desde la segunda mitad de 2018
Natalia Armijos representa a Ecuador en la sede de la OEI en España.
¿Cuál
fue tu motivación inicial, para estudiar a estudiar economía?
En los últimos años del bachillerato, ya
me había decido por estudiar economía, principalmente porque veía que era un
campo amplio de estudio y por ende trabajo, en un inicio me gustaban las
finanzas y estuve “hipnotizada” por el trabajo en las Bolsas de Valores,
afortunadamente conocí el ámbito de trabajo de los proyectos y, sobre todo, los
relacionados con los temas sociales.
¿Cuándo
descubriste tu interés por vincular los temas de economía con cooperación
internacional?
Mi primer trabajo relacionado con el
ámbito de la economía, fue en la Universidad Técnica Particular de Loja
(UTPL). El rector de aquel momento me
invitó a formar parte de un grupo de profesionales en formación (estudiantes
universitarios) y me incorporé a trabajar en el Centro de Estudios Sociales y
Económicos de la universidad. Poco a
poco fui dedicándome a temas de relaciones internacionales de la universidad,
lo que ahora conocemos como la internacionalización. Se podría decir que mi
primer contacto con el mundo de la cooperación internacional se dio desde la
universidad, institución que tiene un amplio campo de trabajo con entidades
públicas y privadas, nacionales e internacionales. En ese momento, ya supe que
me interesaba especializarme en cooperación internacional.
Al finalizar la carrera de economía y,
luego de algunos años de experiencia laboral en la UTPL, salí a estudiar dos
maestrías en Madrid. Primero hice una maestría en estudios políticos aplicados,
y posteriormente hice la maestría en cooperación internacional para el
desarrollo, en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Cómo
fue esta experiencia como joven economista en un contexto académico
internacional?
Muchos jóvenes, cuando estudiamos la
carrera universitaria, tenemos la posibilidad y muchos la obligación de
trabajar. En mi caso, siempre combiné los estudios con el trabajo, lo cual me
ayudó muchísimo para ganar experiencia y poder vincularme laboralmente en otros
espacios, como lo fue en la OEI, aun cuando cursaba la maestría en Madrid.
Cuéntanos,
quiénes y cómo influyeron en tu camino académico (desde colegio).
Principalmente mi padre y mi madre. Creo que la exigencia y disciplina sale de
casa. Mi padre tiene una cultura general bastante amplia, es un buen lector y
por ende un buen conversador.
También influyeron varios profesores del
colegio, de la universidad, y el anterior rector de la UTPL, Luis Miguel
Romero, un sacerdote español quien motivaba a los jóvenes a un continuo
aprendizaje y de calidad.
¿Qué
les dirías a las estudiantes jóvenes que están realizando al momento sus
primeros estudios superiores en Ecuador? ¿Y qué le dirías a la Natalia de 15 o
18 años?
Les diría que tengan mucho ánimo y
disciplina para concluir lo que inician. Que deben elegir bien su carrera, pues
es en el trabajo en donde pasamos gran parte de nuestro tiempo y, por ende,
debemos trabajar en lo que nos gusta, en lo que nos apasiona. Para que cada día,
cuando tengamos que levantarnos para ir al trabajo, sea una tarea grata.
También les diría que no pierdan el tiempo. No nos damos cuenta de lo rápido
que pasan los años, y es importante hacer las cosas en su momento. Para la Natalia de 15 o 18: que disfrute de
una de las mejores etapas de la vida, pero sin perder el “norte”. Es decir,
sabiendo qué es lo importante en la vida, y una de esas cosas importantes son
los estudios y el futuro profesional. A quien le gusta estudiar desde el
colegio, sabrá mantener el hábito en la universidad.
¿Cuál es tu mensaje final para todas mujeres jóvenes y
todos los jóvenes que leerán nuestra conversación?
Estamos cada vez en un mundo más dinámico,
más interconectado, y, el uso de las tecnologías, sobre todo del internet, nos
permite acceder a más información. Es importante que aprendan de varias
disciplinas, pero también, que no descuiden su educación de lo que es la
inteligencia emocional. Necesitamos personas que sean capaces de tener empatía
con los temas importantes, no únicamente los que le afectan personalmente, sino
a la comunidad. Empatía con el medio ambiente, con los problemas sociales, es
decir, no descuidar nuestro sentido de solidaridad y cooperación.
Para más información sobre el trabajo de la OEI pueden visitar www.oei.es
Agradecemos a Natalia Armijos y la OEI el apoyo al trabajo de REMCI, y le deseamos a Natalia mucho éxito en sus nuevas funciones en la sede en España.