Ma. José Barragán Paladines: ¡Las princesas de los cuentos de hadas que son rescatadas no existen!


María José Barragán Paladines es desde principios de Febrero 2018 la Directora del Departamento de Ciencias de la Fundación Charles Darwin para las Islas Galápagos. Hasta hace poco trabajó como Investigadora Post-Doctoral en el Área  de Ciencias Sociales - “Sociología del Desarrollo y del Conocimiento en el Centro Leibniz para la Investigación Marina Tropical (ZMT) en Bremen, Alemania.


Por: Melani Peláez (entrevista y edición)

¿Cuál fue tu motivación inicial, para estudiar a estudiar ciencias biológicas?

Ya desde muy pequeña tuve la clara intención de estudiar biología. Mis padres me cuentan que desde los 4 o 5 años ya lo decía. Tal vez fue también la inspiración o influencia que mi papá tuvo en mí, por haber trabajado más de 35 años en el ámbito de recursos pesqueros y marinos. Adicionalmente, creo que parte de mi inspiración vino también por el lado de mi hermana mayor, quien también  estudió biología. Cuando apliqué para el examen de ingreso a la universidad, mi  primera opción de estudio fue Biología y la segunda fue Geografía. Interesantemente, al final, terminé haciendo las dos cosas.....Inicialmente, estudié biología pura en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) en Quito.  En ese entonces, mi vocación siempre me inclinó al área marina, pero  durante mis estudios de pregrado, la PUCE todavía no incluía las ciencias marinas dentro de su oferta académica.
De esa manera, a pesar de la dimensión terrestre bajo la cual desarrollé de mis estudios de pre-grado, durante toda esta etapa mi interés por enfocarme en el mar y en las actividades costeras se mantuvo. De hecho,  mi tesis de licenciatura versó sobre mega fauna marina en peligro, dentro de  áreas marinas protegidas, en el Parque Nacional  Machalilla….Ahora que lo pienso, tengo alrededor de 17 años de experiencia en investigación sobre temas marino-costeros.  

¿Cuándo descubriste tu interés por  vincular los temas de biología marina con las dimensiones humanas dentro del marco de la   geografía humana?
La decisión de dar el paso y entrar en el mundo de  las ciencias sociales fue progresiva y fue definitiva en cómo se desenvolvió mi carrera científica. Una circunstancia coyuntural fue un profesor en el programa de maestría que desarrollé, quien fue, posteriormente mi supervisor de la tesis de maestría, y finalmente quien me “reclutó” para continuar con el programa de doctorado, en la Universidad Memorial de Terranova, en St. John’s, Canadá. En un primer momento, la experiencia de investigación de este profesor (i.e., las conexiones entre los problemas ambientales y las dimensiones sociales) me proporcionaron una mejor idea de cuál podría, eventualmente, haber sido el tema para mi tesis doctoral. Sin embargo, el enfoque netamente terrestre de su área de investigación no era coherente con mi interés académico y de investigación, que siempre había sido enfocado en el contexto marino y costero. De él aprendí que cuando hablamos de manejo de especies en peligro, de recursos escasos y de situaciones de conflicto entre naturaleza y sociedad, se trata de “manejar a las personas y no manejar a los recursos (e.g., pesca, bosques, fauna silvestre). Esta perspectiva fue resultó ser fundamental en mi transición desde las ciencias naturales hacia la dimensión social de la conservación y el desarrollo. 
Posteriormente, conocí a la que, finalmente, resultó convertirse en mi Supervisora de Doctorado, quien ha sido, desde entonces, mi mentora, colega, coautora, amiga, y principalmente mi “modelo académico a seguir”. A través de ella conocí de la nueva dimensión social con la que se enfoca de mejor manera no solamente la investigación sobre pesca artesanal sino, la manera de visualizar coherentemente, el lado “humano” de los problemas ambientales. Y este fue, sin lugar a dudas, un cambio con el que me siento muy satisfecha y muy cómoda. De hecho, el haber sido expuesta a un ambiente interdisciplinario, durante mis estudios de doctorado, fue fundamental en mi cambio de perspectiva en mi enfoque a la investigación. Sin embargo, el enfrentarme a este “nuevo ambiente” de ciencias sociales significó para mí la necesidad de hacer un esfuerzo mayor, para adentrarme y entender una nueva dimensión en el hacer ciencia, que quienes venían con estudios de pregrado en ciencias sociales y humanas, y a la que nunca había estado expuesta antes. Puedo reconocer ahora, que esta situación fue un gran desafío, talvez el mayor en mi quehacer doctoral. Posteriormente, a raíz de la culminación de mi doctorado he seguido involucrada en una alianza global de investigación del sector pesquero artesanal (Too Big to Ignore, TBTI) en donde se me ha brindado la posibilidad de desarrollar mi interés académico y profesional. Finalmente, mi trabajo en la posición post-doctoral en el Leibniz Centre for Tropical Marine Research (ZMT) en Bremen, Alemania, significó una experiencia académica de importancia substancial en mi desarrollo académico. En este período me integré al grupo de trabajo “Development and Knowledge Sociology” y tuve la oportunidad de aprender de esta nueva dimensión en investigación y al mismo tiempo, integrar y co-desarrollar nuevas agendas de investigación enfocadas en este tema.


¿Cómo fue esta experiencia como bióloga, ecóloga ecuatoriana compitiendo en un contexto académico internacional?
Mi experiencia académica en el exterior se inició a nivel de maestría en Manejo Sostenible de Recursos, en Alemania, en donde pude darme cuenta que mi experiencia laboral previa en temas afines al tema de la maestría, me daba cierta ventaja, frente a otros estudiantes que no contaban con experiencia laboral anterior. Ya después, durante el programa de doctorado en Canadá, me enfrenté a ciertas dificultades por la falta de experiencia en ciertas disciplinas. De hecho, una de los aspectos que considero más relevantes durante este proceso, fue la necesidad de aprender sobre temas totalmente desconocidos para mí (e.g., Filosofía de la Ciencia, Economía, Geografía, etc.) en vistas de prepararme para los exámenes de doctorado. La clave de mi éxito, considero, fue en dos dimensiones: la parte personal, en donde mi tenacidad y disciplina, acompañadas del respaldo de mi familia fueron fundamentales durante esos años. Otra parte de alta relevancia, fue el haber sido acogida amigable y generosamente por el equipo de investigación multidisciplinario liderado por mi supervisora de doctorado. Este fue un paso importante pues a través de ella llegué a conocer e integrarme en una red global de  expertos y expertas con habilidades y capacidades académicas y humanas extraordinarias. En este contexto descubrí que el tema de mi interés, es decir la pesca artesanal, no puede ser analizado desde una sola perspectiva, o disciplina (e.g., ecología pesquera, modelamiento de stocks pesquero, o desde un punto de vista o jurídico-ambiental) sino es obligatorio, utilizar varios “lentes” disciplinarios. Con ella conocí que los temas de mi interés son generalmente tratados desde una perspectiva llamada “wicked problems”, es decir que son de alta  complejidad, mismos que, primero, no pueden ser resueltos (e.g., el hambre en el mundo) y segundo, no deben ser enfocados por una sola disciplina.

Cuéntanos cómo influyó tu supervisora de la tesis de doctorado
Cuando pienso en su influencia en mi formación académica, viene a mi mente la palabra “mentora” más que la de supervisora. Como se dice en Alemania, el término “Doktormutter” (madre de doctorado) representa mucho mejor su rol en mi programa doctoral. Ella fue y sigue siendo una fuente de inspiración en el trabajo de investigación que me interesa, pues, bajo su influencia, entré a tomar la perspectiva transdisciplinaria, como el enfoque ideal en el quehacer científico. Un aspecto que resalto es la generosidad académica con la que siempre ha desarrollado su labor acdémica, supervisando estudiantes, y dedicándole tiempo a quien lo haya requerido, a pesar de tener una agenda compleja. Esa experiencia me ha enseñado que, compartir el conocimiento, sin egoísmo, sin arrogancia y con humildad, es una muestra, no sólo de grandeza en el desempeño científico sino también en el contexto humano. Esa es mi motivación e inspiración hasta hoy.

¿Qué les dirías a las estudiantes jóvenes que están haciendo al momento en sus primeros estudios superiores en Ecuador?
Hay tres puntos que tienen gran relevancia para los y las estudiantes jóvenes que inician sus estudios superiores. Primero, la necesidad de abrir los ojos a otras realidades que existen, más allá de su “zona de confort” disciplinaria. A nivel de pregrado, generalmente los estudiantes se forman hasta cierto punto con “ojos cerrados” pensando que la suya, es la mejor y única disciplina y área de conocimiento. Sin embargo, esta visión distorsiona la realidad en la que nos desenvolvemos e impide proponer un acercamiento para cruzar las barreras disciplinarias con las que tenemos que lidiar en el ámbito académico.  Un ejemplo concreto para aliviar este problema, sería, por ejemplo, buscar cursos y registrarse en diferentes otras facultades, o seguir seminarios de verano en departamentos de otras facultades, diferentes a la que cursan sus estudios. Por ejemplo, si estás estudiando biología, resultaría interesante tomar un curso en sociología, o si estudias leyes tal vez tomar una optativa en fauna del Ecuador. Esto ayudaría a cortar el círculo en donde creemos que “yo sigo leyes y solamente necesito estudiar leyes porque quiero ser abogada”. Romper estas barreras para incrementar la movilidad de estudiantes entre facultades, debería ser la norma en el contexto académico. 
Segundo que creo como elemental la capacidad de manejar varios idiomas. Aprender idiomas te abre las puertas del mundo. Por ejemplo, si un estudiante de pregrado en Ecuador tiene interés o intención, en el futuro, de realizar sus estudios fuera, o de alguna manera tener efecto o influencia a nivel internacional, necesariamente debe tener un nivel de inglés avanzado para estar en la capacidad de comunicarse y publicar adecuadamente en otro idioma. Como experiencia personal, si yo no habría podido hablar inglés, no habría podido llegar a donde he llegado.
Y tercer punto, considero como básico el hecho de empezar a explorar áreas de investigación y académicas, de interés, desde temprano. El rodearse de expertos, de científicos, y de personas conocedoras del tema que nos interesa, es fundamental para la creación de redes, desde etapas académicas iniciales. Como estrategias, están, por ejemplo, el tomar parte en redes, ir a congresos, mostrar tu trabajo y hacerte conocer. Para mí,  el networking ha sido clave en alcanzar mi meta.
En este caso, no creo posible que se pueda trabajar aislado, publicar solo, investigar solo. Hay que buscar la interacción.

A propósito de este próximo 8 de Marzo se celebra el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿cómo mujer en las ciencias naturales, con qué obstáculos y prejuicios te encontraste en tu camino académico?
Lamentablemente existe una idea equivocada del quehacer científico en donde se cree aún en el estereotipo de que “las ciencias sociales son las ciencias blandas y fáciles y son para las mujeres”, y “las ciencias naturales, son las ciencias duras, y son para los hombres”. Incluso en ámbitos del considerado mundo desarrollado! Actualmente, durante mi trabajo en Alemania, me he dado cuenta que este estereotipo se mantiene, incluso en el rol que hombres y mujeres cumplen, a nivel familiar, asumiendo que la mujer debe quedarse en casa con los niños, y el hombre debe trabajar fuera de casa. Sin embargo, creo que actualmente, las proporciones mujeres/hombres que se registran en estudios superiores ha mejorado, aunque sigue habiendo brechas en el desempeño científico a nivel académico y profesional.
Es una tendencia mundial, sin embargo, el promover lo que en el mundo anglo se define como “gender balance”, que dista mucho de cumplir un rol “sexista” de confrontación, sino que aboga por un equilibro, justo, en el rol que cumplen tanto mujeres como hombres, en el ámbito científico y académico.
Durante mis estudios de doctorado, como una situación un tanto anecdótica, las tres estudiantes de PhD que compartíamos oficina, y que colaborábamos en un grupo de trabajo, nos quedamos embarazadas al mismo tiempo. Por su puesto, posteriormente, echamos por tierra la idea errónea de que quien es madre, necesita dejar su trabajo, pues, actualmente las tres seguimos involucradas en actividades de ciencia, investigación y academia.
Esta situación, sin embargo, se vuelve muy compleja cuando no existe apoyo de la pareja, para el cuidado de los hijos(as) y del hogar.  Creo que solamente a través de un compromiso familiar y de amor, se logra una negociación equilibrada en la que todos están satisfechos de la decisión tomada. Gracias al apoyo de mi esposo he logrado alcanzar muchos frutos positivos en mi labor científica y académica.  
Por lo tanto puedo decir que el prejuicio frente a las mujeres en ciencias debe terminar y creo que una opción es el trabajar con niñas desde muy temprano. Debemos terminar con la idea que hay ciencias fáciles y difíciles, y que unas son para mujeres y otras para hombres. Si te gusta algo, tú puedes hacerlo y puedes lograrlo, solamente con tu determinación. El trabajo para cambiar esta mentalidad va a costar mucho pero es necesario iniciar más temprano que tarde.


¿Cuál es tu mensaje final para todas las personas que leerán nuestra conversación?
Para todas las jóvenes que están todavía indecisas si empezar una carrera científica o no, y si continuar estudiando o no. Les digo, ¡háganlo! no se rindan! No crean que es un camino fácil, pero no se den por vencidas. Lo que necesitas es voluntad, disciplina, y decisión. Estar convencida de lo que quieres es suficiente para seguir adelante!
A las niñas quiero decirles que lean, que lean mucho y que se motiven. Amen la lectura, pero lecturas que les despierte el interés por conocer y por aprender, por llegar a la meta que quieren y con la que sueñan, en ciencia o en academia. Escapen del modelo impuesto para las niñas por la sociedad, el de “la princesa del cuento de hadas”, que “busca y espera a su príncipe azul, que le lleve a su castillo, en donde serán felices por siempre”. Para mí, este es un mensaje que distorsiona la realidad, confunde y desconcentra el potencial interés de una niña pequeña en ciencia.
¡Las  princesas de los cuentos de hadas que son rescatadas no existen! y por eso, les recomiendo leer por ejemplo, la historia sobre la primera mujer astronauta, o la primera científica que ganó el premio Nobel, o la primera descubridora de algo. De esa manera pueden mirar casos reales, de mujeres reales, que demuestran que ser una científica es posible y alcanzable.

¿Por qué es importante incluir a mujeres en la gestión del riesgo de desastres a todo nivel?

  Por Gisela Caranqui Nazate Hoy en día reducir el riesgo de desastres es prioritario. En los últimos 20 años, los desastres ocasionaron 1...